“Si bien existe el dicho que para erradicar un problema hay que conocerlo muy bien”.
El problema es que a veces no sabemos que verdadero problema tenemos, ahí es cuando nos evaluamos. Recientemente me encontré envuelta de facturas y de cosas hermosas que a los días dejaron de gustarme y ahora entiendo esa cita que una buena amiga me dijo, esa cita la dijo Sócrates: "Me encanta ver tantas cosas que no necesito para ser feliz". Estamos en una sociedad en donde cada vez se deja atrás los verdaderos motivos para ser feliz suplantando todo estrictamente con lo material. Los adolescentes y jóvenes son los más afectados por la presión entre la sociedad, sobresalir es un hecho, una etapa en tu vida. Tienes que marcar la diferencia de alguna u otra forma y todas entran en lo material. Así que ahí estamos todos, envueltos de cosas que realmente no necesitamos para estar contentos, para estar en paz.
Dicha representación de consumismo masivo, lo traduzco en un elemento singular. Lleno de la cotidianidad de mi pueblo, buscando el fin plástico de la propuesta, esta obra se dispone de módulos en secuencias, que son las etiquetas de precio comerciales, donde día a día dependemos de ellas y lo que hace que una simple cifra traiga tanta angustia, como prioridades en la vida diaria.
La repetición de modulo hace la composición, donde se produce un matiz de amarillo y su análogo, dando así, un cuadro monocromático por antonomasia. Su cualisigno y legisigno, producen una connotación de stress visual al espectador, llevando a una realidad inflacionaria donde su propio presupuesto no alcanza.
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